Clientes que desaparecen sin pagar, proyectos cancelados, trabajos poco o nada rentables, multitud de horas trabajadas pero no cobradas… Son algunas consecuencias que puede sufrir un diseñador gráfico si comete ciertos errores. En este artículo te mostraré los errores que comete el diseñador gráfico más comunes y cómo evitarlos.
Este artículo está dividido en dos partes. En esta segunda hablaré sobre los temas monetarios, en la primera ya hablé sobre los errores relacionados con la comunicación (Errores que comete el diseñador gráfico o web cuando trata con el cliente. Parte 1). Si quieres que tu negocio sea rentable deberías prestar atención a estos errores y evitarlos por todos los medios.
1. No cobrar una parte (o el total) por adelantado
Este es el error que comete el diseñador gráfico o web cuando trata con el cliente más común y seguramente más perjudicial. Cuando realizo el diseño de una página web suelo dividir el pago en dos o tres partes, normalmente cobro un 30% del importe total por adelantado, el otro 70% lo cobro una vez que la web está acabada y el cliente ha dado el visto bueno, si la web es muy extensa suelo incluir un pago intermedio.
Cobrar una parte por adelantado te aporta tranquilidad. Sabes que si el proyecto se tuerce y no se termina, como poco habrás cubierto una parte de tus horas trabajadas. Además, los clientes suelen implicarse más cuando han pagado algo por adelantado.
Otro caso totalmente diferente es el diseño de logotipos, identidades corporativas, diseños publicitarios, etc. en los que el valor añadido reside en la idea que aportas y la dificultad radica en el proceso necesario para llegar hasta dicha idea. Imagina este caso, un cliente te pide el diseño de un anuncio publicitario para un modelo de coche, en las condiciones se especifica que también te encargarás de crear un eslogan. Diseñas el siguiente anuncio:
El cliente te dice que no le gusta porque es muy simple, sin color, que el eslogan no le transmite, o lo que sea. El caso es que quiere cancelar el proyecto. Te acabas de quedar sin ver un céntimo. Sin embargo él ya tiene tu idea. ¿Crees que le costaría mucho reproducirla por su cuenta? Lo mismo pasa con los logotipos, lo difícil es tener la idea, plasmarla en un diseño lo hace cualquiera que tenga unos mínimos conocimientos de diseño gráfico.
Por eso yo cobro este tipo de trabajos íntegramente por adelantado. Tengo una compañera que diseñó un logotipo para una clínica dental, como cliente y diseñadora residían en ciudades distintas ésta les enviaba las propuestas y avances en un .jpg por email. Con el proyecto ya acabado le dijeron que no tenían liquidez por lo que no podían pagarle en ese momento. Le prometieron que en cuanto tuvieran el dinero le abonarían lo pactado y se comprometieron a no utilizar el diseño hasta entonces. Esto ocurrió hace 3 años, la diseñadora no ha cobrado el trabajo todavía pero en la nueva web y el cartel de la clínica en cuestión luce su flamante diseño. Por desgracia conozco varios casos similares.
2. No entregar el proyecto por partes
Imagina esta situación: Te contratan para un gran proyecto en el que tienes que diseñar el logotipo, la identidad corporativa y diseñar y programar la página web. Pides un adelanto del 30% del total para vivir más tranquilo, tal y como hablamos en el punto anterior, y empiezas a trabajar. Acabas el logotipo, acabas la identidad corporativa, te aprueban el diseño de la página de inicio de la web, te dispones a diseñar las páginas interiores pero… sorpresa, el cliente te llama diciendo que no tiene liquidez para seguir adelante con el proyecto. Se disculpa, te pide perdón, te cuenta lo mal que lo están pasando, intentas ser comprensivo y te resignas. Resultado: has realizado aproximadamente el 60% del proyecto pero solo has cobrado el 30%, a partir de ese momento vives con la incertidumbre de si cobrarás o no el importe restante. En el mejor de los casos el cliente te pagará cuando pueda, en otras ocasiones nunca llegarás a recibir ese pago y lo que es peor, sentirás la amarga sensación de saber que el cliente tiene el logotipo, la identidad y el diseño general de la web mientras que tú solo te quedas con una deuda pendiente y cara de tonto.
Toda esta situación se habría podido evitar aplicando esta fórmula o alguna similar:
Emites tres facturas diferentes. Una para el diseño del logotipo y la identidad corporativa que cobras íntegramente por adelantado, tal y comenté en el punto 1. Otra para el diseño de la web que también recomiendo cobrar por adelantado. La tercera factura sería la correspondiente a la programación de la web, aquí puedes cobrar una parte por adelantado y el resto cuando la web esté terminada, revisada y aprobada por el cliente, así el cliente tendrá la tranquilidad de que no pagará lo que falta hasta que esté todo bien y tú podrás incluir los gastos extra que hayan surgido durante la programación. Una cosa importante, no entregues el control de la web hasta haber cobrado todo.
Si lo prefieres puedes emitir una única factura y especificar en ella cuando se va a cobrar cada parte, también deberías dejar claro en el contrato cuales son las condiciones de entrega y los plazos para los pagos. Con esta fórmula te aseguras de que vas a cobrar cada parte del proyecto antes de empezar con la siguiente. Si el proyecto no se completa al 100% sabrás que al menos has cobrado todo lo que has trabajado.
3. Ofrecer descuentos
Muchos diseñadores gráficos ofrecen descuentos a sus clientes. Personalmente no lo recomiendo por varias razones:
- Los descuentos sientan precedentes: Una vez que hayas ofrecido un descuento al cliente no volverás a cobrarle el precio completo, la próxima vez que te encargue un trabajo esperará al menos el mismo descuento. Esto nos lleva al siguiente punto.
- Los descuentos abaratan tu trabajo: Si ofreces a tu cliente un descuento del 20% para un proyecto puntual y luego te exige ese descuento para los demás trabajos que te encargue habrás abaratado tus tarifas un 20%, ese descuento ya no es un descuento, se ha convertido en la tarifa oficial para ese cliente. Otra cosa, pregúntate que pasará si un cliente se entera de que ofreces descuentos a otros clientes y a él no.
- Los profesionales bien considerados no ofrecen descuentos: Hay profesiones en las que los clientes tienden a pedir descuentos de manera habitual pero en otras ni se les ocurre. Cuando vas a la consulta del dentista o al despacho de un abogado ¿Les pides un descuento? Son profesionales caros y cobran lo que cobran, punto.
Me parece mejor cobrar un precio ajustado en todos los proyectos, no digo barato, sino una cantidad razonable de acuerdo a lo que ofreces. Si tus tarifas se ajustan al nivel que demuestras nadie podrá decir que tus servicios son caros y tú no sentirás que tu trabajo está infravalorado.
Si aún así crees que para ti es mejor ofrecer descuentos tendrás que decidir si ese descuento va a salir realmente de tu beneficio o si vas a inflar tus tarifas a priori para luego ofrecer un descuento y terminar ganando lo que tenías pensado en un principio, esta técnica está muy extendida pero es éticamente cuestionable, al fin y al cabo no deja de ser un pequeño engaño.
4. Hablar demasiado (o demasiado poco) de tus tarifas
En este punto hay diseñadores a los dos extremos. Algunos se pasan la primera reunión con el cliente dando precios sin parar, mientras que otros parecen no querer decir nunca cuanto va a costar el proyecto.
Para los primeros: No des la impresión de que solo te importa el dinero. La primera reunión es para conocer el proyecto, al cliente, sus necesidades. No le des un presupuesto a la ligera, dile que tienes que hacer un estudio del proyecto, las horas y habilidades necesarias, etc.
Para los segundos: No des la impresión de que tienes algo que ocultar. Si pasa un tiempo prudencial y no das un precio el cliente empezará a pensar que no quieres hablar del presupuesto por alguna razón, seguramente creerá que le vas a cobrar mucho. Otra cosa, no tengas miedo de darle un precio, es tu trabajo, no vives del aire.
5. Cobrar demasiado poco
Cuando nos llegan las primeras oportunidades de trabajo tenemos la tentación de hacer lo que sea para que nos den el proyecto y muchas veces ofrecemos presupuestos excesivamente bajos. Por un lado no queremos asustar al cliente con el precio y por otro buscamos una ventaja competitiva dado que no tenemos muchas experiencia que ofrecer, así que finalmente ofrecemos un precio que está muy por debajo del de mercado.
Yo no soy quien para decirte que no lo hagas, soy muy consciente de que al principio necesitas experiencia y trabajarías incluso gratis pero ten en cuenta que eso devalúa tu trabajo y el de toda la profesión. Supongamos que el precio de un proyecto determinado está entre 1.000 y 1.500€ dependiendo del diseñador, si tú haces el mismo trabajo por 500€ estás depreciando el producto. Además, dentro de un tiempo tú también tendrás más gastos que cubrir y ya no podrás cobrar 500€ por ese mismo servicio, cobrarás 1.000 o 1.500 pero a lo mejor tu cliente te dice que ha encontrado a alguien que lo hace por 500€, ¿entiendes a lo que me refiero?
Además, todo diseñador debería aspirar a competir en calidad, no en precio. Más que nada porque siempre va a haber alguien que haga el trabajo más barato que tú. Si buscas en internet encontrarás diseñadores gráficos que hacen logotipos por 500€, por 100€, por 20€ y hasta por 5€. Evidentemente un logotipo de 5€ es inviable, al menos tal y como lo concebimos los profesionales del diseño, pero haberlos, los hay. El caso es que si tu intención es competir en precio ¿que vas a hacer? ¿cobrar 3€ por un logotipo? No puedes. Igual que tampoco puedes competir en precio con los diseñadores chinos o indios, ten en cuenta que en esos países el salario medio del sector se sitúa entre los 80 y 200€ mensuales dependiendo de las zonas, eso quiere decir que cobran entre 10 y 15 veces menos que en España por el mismo trabajo.
Donde si puedes competir es en calidad. Si eres un buen diseñador y te sabes mover te aseguro que tendrás clientes, pero lo mejor de todo es que serán mejores clientes que los que tendrías ofreciendo diseño low cost. Valorarán más tu trabajo y pagarán mejor. Es una regla no escrita que el cliente que quiere pagar poco suele ser el que más exige. Cuando yo me encuentro con clientes así les explico educadamente que si su mayor preocupación es el presupuesto, seguramente no sea el diseñador que están buscando.
6. Consejo Extra: No trabajes para familiares y amigos
Todos lo hemos hecho, pero te recomiendo que lo evites en la medida de lo posible, cuando te quieras dar cuenta habrás cometido la mitad de los errores que comete el diseñador gráfico o web cuando trata con el cliente:
- Generalmente los familiares y amigos esperan de ti descuentos o incluso que trabajes a cambio de unas cervezas.
- Si se retrasan con los pagos en mucho más difícil llamarles la atención.
- Cualquier problema dentro del proyecto trasciende lo profesional y se convierte en algo personal.
- Harás cambios ilimitados.
- Etc. etc. etc.
Buenos días Arturo,
Me parece muy interesante y coherente todo lo que aconsejas.
Ahora mismo, me encuentro en el inicio de un nuevo proyecto y no sé que precio debo cobrar.
Hace ya algunos años que estoy dentro de este mundo del diseño gráfico y ya tengo algo de experiencia aunque este proyecto es el primero de una nueva etapa, y claro, como tu bien dices, no me quiero pasar de precio pero tampoco desvalorarme como profesional ya que no soy ningún”principiante”.
Si tienes un momento, agradecería que te pusieras en contacto con migo por email y te explico. Muchas gracias por tus consejos. Saludos!
Hola!
Sobre no trabajar para amigos y familiares, tienes mucha razón es eso.
Yo no soy diseñadora profesional pero tengo algunos conocimientos básicos sobre el manejo de programas para diseño.
Una amiga tiene una tienda física y como recién estaba empezando en su negocio, yo me ofrecí para diseñar sus afiches. Le dije que los haría gratis debido a que no soy profesional en diseño y me sentía mal cobrándole. Hasta ese punto todo bien.
Yo esperaba que en algún momento contrate los servicios de algún diseñador profesional. Sin embargo nunca lo hizo. Incluso consiguió el logo de su tienda, gratis, de otra amiga suya (estudiante de diseño). Creo que esa amiga esperaba que le pague por su trabajo, ya que siempre le dice como broma que le debe del logo.
Pero después supongo que ella asumió que le haría sus afiches de por vida (exagerando un poco). Cada vez era peor, comenzó a exigirme cada vez más diseños y se molestaba cuando no le hacía un diseño a su gusto, no me lo hacía saber pero sus gestos lo decían todo.
Y como leí en otro post, terminé hartándome. Le entregué un último diseño y le puse fin a todo eso.
Ahora creo que su otra amiga le hace sus diseños, y lo más probable es que no le esté pagando.
Es esa clase de cliente que no quiere invertir pero que exige como si pagará la tarifa más alta.
Ojalá hubiera leído tus post mucho antes para evitarme tantos disgustos.
Tu blog me está sirviendo bastante, todos los post son muy interesantes.
Me suscribiré para no perderme ninguno. Saludos.
Hola Lucero,
Creo que esa experiencia que narras la hemos vivido todos los que nos dedicamos a este tipo de trabajos.
Primero lo coges todo a cualquier precio, trabajas gratis, para amigos, etc. Luego te vas quemando y te cansas de regalar tu tiempo a gente que ni siquiera valora lo que haces por ellos.
No te preocupes, estas cosas hay que pasarlas para ir aprendiendo y creciendo. Como te digo nos ha tocado a todos 🙂
Un saludo!
Hola Arturo y visitantes,
Aquí otro diseñador web & gráfico freelance, todo lo que mencionas es cierto, en concreto el tema familiar, amistades, etc. Es algo por lo que se que todos hemos pasado, y el principal problema es realizar un trabajo para estos, sin obtener reconocimiento, es una sensación dificil de explicar, pero desgasta tu creatividad, motivación y humor.
La verdad es que tarde poco en atajar este problema, incluso he de decir que finalmente me deshice de los clientes “problemáticos” y me centre únicamente en los que pagan a tiempo y confían en mis decisiones como profesional que soy.
Actualmente me enfoque en clientes que residen fuera de España y todo va como la seda. No se vosotros, pero la mentalidad/economía/sociedad en España y Latino América ….
A parte son de ideas lineales, exigentes (sin motivos) y por lo tanto, más te costará cobrar tus productos y ser asertivo con tus clientes. Por mi parte, para cubrir los clientes “nocivos” soy muy claro, como dicen en mi tierra “más vale ponerse una vez colorado que ciento amarillo”.
En definitiva como bien dices, únicamente podemos competir con nuestra profesionalidad como garantía, ya que en el mercado actual encontraremos competencia de todo tipo, aunque si eres bueno, perseverante y ofreces la excelencia creo que las barreras caen.
Un saludo.
Hola a todos!
Como diseñadora/desarrolladora profresional he pasado por esto y a “las malas” he tenido que cortar con clientes o cancelar proyectos. Yo tengo una pregunta para todos, sobre todo porque me ha pasado… He tenido clientes que al principio siempre tienen la idea de apresurar el proyecto pero durante el proceso del desarrollo, alargan el tiempo por “mil cosas” y aveces no contestan los mensajes o correos. Aunque no tengo problemas con el pago, es puntual, pero al final se toma más tiempo del que debe de ser por no dar el visto bueno al proyecto. ¿Cobran por el tiempo extra o esperan la llamada del cliente? ¿O qué hacen?
Saludos desde México!
Muy buen artículo
¡Hola!
No soy diseñadora gráfica.
Estoy buscando un consejo.
Le pedí a una persona que creara un logo para mi página, pero el resultado final no me gustó y no me atrevo a decirle, ya que es alguien conocido. ¿Estaría bien cancelar y darle algún porcentaje por su trabajo? Este no me pedió un depósito previamente.